Me dejo llevar y me cuelo entre sus hojas, asimilando su textura
la húmedad nutre y refresca la espera...
En el vaivén el viento descifra los acordes y exclama:
¡Es la vida como una gran bóveda transparente, auxilio del que sumido en contemplación retribuye a la existencia!
Así quise como amante y obsequie una flor a quien en un embrujo derribó mis centinelas.
Soy la vida mientras bebo elixir de esos momentos especiales...
De la infinitud palpo el instante, quizás llegue a tu espíritu y sea otra vez
*Aquello*
Eso que alguna vez llamé amor en mi conciencia
es ahora, instante...
Muere un sueño a lo terrestre y se eleva mi ofrenda al infinito.
Anónimo
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